sábado, 29 de diciembre de 2012

Corazón de principiante

"Una cosa es la intimidad con la realidad. De hecho, la intimidad con la realidad es relativamente fácil cuando te acostumbras. Cuando te acostumbras a estar contigo mismo, con tu propio no-saber, te das centa de que en realidad no es tan difícil. Es un proceso de relajación, no es un proceso de lucha. Pero estar muy abierto e íntimo con otro ser humano, eso es otra cosa que no es tan fácil, al menos al principio. Requiere una profunda intuición y una disposición profunda a abrirnos al miedo, un estar dispuesto a ver esas partes de ti mismo que no quieren abrirse. Además debemos encontrarnos cara a cara con todo el ámbito de la emoción: con la protección emocional y con la disponibilidad emocional. Por medio de la relación, podemos empezar a ver con qué frecuencia pasamos a un modo de autoprotección o de retroceso, o a diverso grados de miedo. Si bien una buena parte de esa resistencia está alimentada por el pensamiento, todo este juego de la intimidad y de la disponibilidad se produce también a un nivel profundamente emocional. Una cosa es ser abiertos de mente, tener no-mente; pero ser verdaderamente abiertos emocionalmente es otra cosa más profunda que nos toca el corazón y el núcleo de una manera muy honda. Requiere que nos mantengamos en mente de principiante y, lo que es más importante, en corazón de principiante...
...Todos nosotros percibimos (sabemos, en lo hondo de nuestro ser) que no basta con sentirnos abiertos, libres y en paz cuando nos quedamos solos o cuando el entorno es muy favorable. Estas cosas son hermosas, y pueden mostrarnos la posibilidad de la libertad, pero a un nivel más profundo todavía, todos estamos emplazados a expresar esta libertad, esta apertura y esta intimidad dentro del contexto de las relaciones.  En último extremo, tendremos que abrir nuestro corazón a todo el mundo, a todo lo que pasa en él y a todo lo que ha pasado. Tendremos que abrir nuestro corazón a todo lo que puede pasar. ¿Por qué? Porque no estamos separados de nada ni de nadie. Cualquier cosa que consideres separada de ti, puede asustarte e intimidarte. Pero cuando tienes la disposición para abrir el corazón, para tener intimidad hasta con las cosas que no te gustan, con las cosas y los hechos que te asustan, con el estado del mundo que puede intimidarte, entonces encontrarás una vía por la que tu núcleo pueda expresarse. Podrás expresar y manifestar en el mundo exterior la profundidad de ti mismo, de tal manera que  ya no existirá un división entre lo interior y lo exterior, y nuestro amor dejará de tener límites."
(Adyashanti: El fin del sufrimiento)

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