martes, 12 de febrero de 2013

Blues de los encuentros

Encontré
a gente
que quería
vivir mi vida
para ahorrarse la suya.

Para ahorrarse la vida, niño,
la vida, tan difícil
de ser vivida.

Encontré
a gente que quería
mi vida para sí.

Para beberla
como quien se distrae,
como quien bebe
un trago
sin importancia.

Encontré, incluso,
que los amaba a todos.

Podía amarlos, niño,
como se ama
lo que se encuentra.

Lo que se reconoce
por el camino.

Pero mi vida es mía
para vivirla.

No es un refugio cierto
para cobardes,
ni un juguete barato
para quien pasa.

Para quien pasa, niño,
sin detenerse.

Me lo dijo mi alma,
tan claramente
que tuve que volverme
para escucharla.

Para escuchar al alma,
que me llamaba.

A.S.


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