miércoles, 15 de mayo de 2013

Dicen

Si vuelvo la vista atrás, a toda mi vida, y en particular a estos últimos años pasados,  me doy cuenta de que el mito de la expulsión del jardín del Edén, la pérdida de la inocencia y la "maldición" del esfuerzo y el sufrimiento como precio de la consciencia ("Parirás hijos con dolor. Ganarás el pan con el sudor de tu frente.." todo ello tanto literal como metafóricamente.), son grandes temas recurrentes. Y que, (Robert Johnson, y como él, todo el mundo, dixit), no hay vuelta atrás posible hacia la inocencia y la fusión (más o menos lograda) con las sucesivas versiones del Todo. Ya se sabe que la entrada al Paraíso (o a los Paraisos a los que vamos arribando, por orden de aparición) está guardada por el ángel de la espada de fuego. Sólo queda seguir caminando, por un camino que es de todo menos sencillo, hacia la Jerusalén celestial. Que, dicen los que saben, haberla, hayla.
Aunnque mucho me temo que cada estación que parece ser una modesta copia de la tal Jerusalem, acaba convertida, cuando toca, que suele ser pronto, en otro Paraíso a abandonar, con su correspondiente ángel en la puerta, otra vuelta de tuerca a la inocencia perdida, y tiro porque me toca.
Por la cosa del crecimiento.
Hasta que Dios quiera, afirmo.

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