martes, 8 de octubre de 2013

Ciudadanos y ciudadanía: El Partido X

EL PARTIDO X DESPEJA INCÓGNITAS Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 08 oct 2013 "Cuando hace algunos meses el Partido X - Partido del Futuro se presentó públicamente, algunas personas torcieron el gesto, otras sonrieron y la mayoría mostró una curiosa mezcla de escepticismo y desdén, cuando no de preocupación. Su puesta en escena inicial, radicalmente contraria al liderazgo personal y a la identificación nominal, así como una estética sorprendente y una oferta política mayoritariamente adanista (empezar de cero, desconfiar de las lentas y muchas veces ineficaces reformas, cortar con las herencias políticas), causó un recelo cauteloso o incómodo. Pretenden resetear el sistema. Democracia y Punto, le llaman. Al no recibir una respuesta convencional al «¿quiénes son?», algunos análisis empezaron a dudar −y sospechar− del «¿qué quieren, qué pretenden?» La X de su marca, agudizaba la tensión. Y alimentaba la especulación. Pero sus promotores no son simplemente ciudadanos, son redes. No son agrupaciones, son nodos. No son masas, son multitudes. No son militantes, son activistas. Tienen otra visión de la democracia representativa. Y en estos meses han fortalecido sus conexiones, sus capacidades y sus estrategias. Y han sido capaces de introducir algunos cambios −de forma y de fondo− que les permite jugar desde fuera pero no siempre enfrentados; a la contra, pero no siempre ignorando los anclajes posibles en los límites perimetrales de las instituciones, y buscando alianzas con personas, grupos catalizadores y semillas de cambio social, se encuentren donde se encuentren. .El primer cambio es nominal y no es insignificante. Su nueva marca es «Red ciudadana del Partido X». Mucho más coherente con lo que son, más inclusiva y más profunda: el Partido como instrumento de una red cívica y política. ¿O no debería ser siempre así? El subdominio «Partido del Futuro» retrocede en visibilidad, casi hasta desaparecer, para que quede claro que hablan del presente, de ahora y aquí. El segundo cambio es propositivo. Hace unas semanas presentaron un documento que merece atención y lectura, con aportaciones de expertos y un notable debate ciudadano. Se trata de sus propuestas para hacer frente a la crisis, con otras soluciones, otros marcos de interpretación y actuación, otros valores y otros modelos. La apuesta es sincera y oportuna: un plan de emergencia contra la crisis, secuenciado y por fases. Su visión de la democracia es experimental y alternativa, pero parece que no quieren hacer política de probeta ni de laboratorio. La lectura del documento no deja dudas: el partido del futuro quiere hablar del presente. Los que les descalifican deberán usar argumentos, en lugar de prejuicios arrogantes. Van al combate de las ideas. El tercer cambio es sobre la gestión del anonimato. Huyen del personalismo del follow me, buscan otras opciones basadas en el mérito, la democracia líquida y los liderazgos corales, en movimiento. Pero todo ello es compatible con el compromiso individual. Y la visibilidad no centralizada. Han priorizado lo ciudadano en lugar de lo público, pero ambos espacios se retroalimentan. Su modelo de liderazgo es diferente; uno en el cual los relevos puedan ser por oleadas de compromiso, haciendo más sostenibles y plurales los impulsos. Y, a pesar de que se nutren de la cultura hacker, han decidido presentar rostros, nombres y referentes, en listas aleatorias y no jerarquizadas. Hoy salen a la superficie con ruedas de prensa simultáneas en varias ciudades, en streaming. Se van a mover como mareas y guadianas. Resilientes y reincidentes. Ubicuos y móviles. En la superficie y sumergidos. En red y en los medios, también. Y hace unos días dieron el campanazo al anunciar su «comisión ciudadana anticorrupción», con la incorporación de Hervé Falciani (el cazador de defraudadores), Raúl Burillo Pacheco, 15MpaRato y Antonio Moreno. Su modelo de partido es diferente: de los partidos políticos con copyright (pro élites) a los partidos políticos con copyleft (pro común). Y, a pesar de la excitación y la autoestima que genera lo nuevo, alternativo y disruptivo, saben, también, que los cambios se producen por adición, por mayorías, por sumas que los hagan posibles, inevitables e irreversibles. Seguramente una concepción menos exclusiva de la verdad, de la solución y de la acción alternativa les pueda permitir sumarse −incluso liderar−movimientos y alianzas plurales por el cambio social. En cualquier caso, hay una nueva estrategia: más seductora, más envolvente, más incluyente, creo. Han establecido contactos fructíferos con muchos sectores y personas, contrastando ideas y pistas para conseguir más credibilidad y reconocimiento. Más fronteras de contacto y de relación. Este ha sido su itinerario: de las redes a la plazas y de las plazas, de nuevo, a las redes. Pero hoy emergen, otra vez. Han empezado a despejar algunas incógnitas: seguramente, la mejor manera de enfrentarse a las dudas y los recelos." (ANTONIO GUTIERREZ RUBI)

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