martes, 11 de febrero de 2014

Disfraces

Después de ¿decadas? surge de pronto la ocasión -casi la necesidad- de disfrazarse, no una, sino dos veces, en las próximas semanas.
Dos oportunidades perfectas para sacar a la niña a jugar. Para animarla a hacer de reina de cuento, de diosa, de bruja, de guerrera o de heroína perdida en el bosque. De dejarla -dejarme- en la libertad de explorar territorios del alma llenos de magia e infancia y maravilla.
De sacar del almario -con l - aspectos suyos y míos locos, divertidos, alegres y profundos.
Estoy... encantada.

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