jueves, 2 de abril de 2015

Ya era hora

Hay varios embriones de libros gestándose por algún lugar del el útero del alma. Pero no puedo -no me dejan- escribir lo nuevo que quiere decirse, hasta que lo ya escrito no encuentre su forma y su cierre.
Así que, con un suspiro de aceptación resignada, me he puesto a ello.
Por Dios que ya era hora.

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